Cerveza
Fabricación de cerveza – Filtración de Cerveza
En primer lugar, se tiene que preparar y cuidar la cebada, o cualquier otro cereal utilizado, haciéndola brotar en agua por un par de días y, posteriormente, haciéndola brotar cerca de una semana.
Terminada esta fase, la malta está lista para la siguiente, la de desecación o torrefacción, fase necesaria para hacer acabar el proceso de brotadura y transformarla en mosto.
Así, la cebada maltada es molida y enharinada, luego se mezcla con agua tibia y, posteriormente, se aumenta la temperatura de esta mezcla hasta 65-70 grados centígrados, con lo que se concluye la primera fase de la producción de la cerveza, en la cual la malta se transforma en mosto.
El mosto es separado por las trillas y pasa a la cocción en una caldera, donde se pone a hervir por un período que varía entre 1 hora y 2 horas y media, según el tipo de cerveza que se desea producir. En esta fase, también se añade el lúpulo, para otorgar a la cerveza su particular gusto amargo y su inconfundible aroma. El mosto es enfriado y llevado a la temperatura apta para la fermentación, de 4 a 6 grados para las cervezas de baja fermentación, de 15 a 20 para aquellas de alta fermentación. En este momento, y según la cerveza deseada, es cuando debería ser introducido en el mosto un poco de oxígeno, en caso necesario.
La fermentación se divide en dos fases: fermentación principal y fermentación secundaria (maduración). Aquí entra en juego la levadura, cuya cantidad y temperatura a la que se añade varía según el tipo de cerveza a producir.
En la fermentación secundaria, la cerveza producida es puesta a madurar en las cubas a una temperatura que oscila entre los 0 y los 2 grados centígrados, durante un período de 4 a 5 semanas, aproximadamente. Las cervezas más elaboradas pueden ser puestas también a madurar por meses.
Algunas cervezas, sin embargo, son producidas utilizando la fermentación natural o espontánea. Estas cervezas, generalmente de trigo, se producen en Bélgica y explotan las levaduras presentes en el aire.
Existen otras cervezas que tienen, todavía, una tercera fase de fermentación, la llamada “fermentación en botella“. Antes del embotellamiento, se añade la levadura que hace aumentar la tasa alcohólica de la cerveza. Entre este tipo de cervezas, se encuentran las de Abadía, los Strongale y algunas cervezas blancas, que logran mantener bastante baja la tasa alcohólica.
Al final de todo este proceso, la cerveza es filtrada y clarificada para eliminar los restos; y embotellada, engarrafada o embarrilada, según el destino.
Para algunas cervezas, hay una última fase de preparación, que consiste en la estabilización, que sirve para eliminar las últimas bacterias presentes y aumentar su conservación.
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